Corrales del gas

Situados en el barrio de la Rochapea, se trata de un recinto que alberga siete corrales. Su finalidad es acoger a los toros que llegan desde tierras andaluzas, extremeñas, madrileñas o salmantinas.
En ellos descansan las corridas de toros y se recuperan del largo viaje, que suele ocasionar en el toro una pérdida de peso de alrededor de treinta kilos.

Como en San Fermín son ocho los encierros y, lógicamente, ocho las corridas de toros, los toros de una de las ganaderías contratadas, generalmente programada para los días finales de fiestas, tiene que retrasar su llegada, por lo menos, hasta el 7 de julio, para que quede desalojado uno de los siete corrales.
Los toros suelen llegar a Pamplona, a los corrales del Gas, a finales del mes de junio. Una vez que están ocupados por los ejemplares de varias ganaderías, la Casa de Misericordia organiza visitas públicas y pagadas a los corrales, con el objetivo de observar el trapío de los encierros contratados para San Fermín.
En la actualidad, se trata de una visita casi obligada para cualquier aficionado navarro, de una costumbre que anima la semana que precede a las fiestas de San Fermín.